Había una vez en un lejano país un cruce de caminos, cada persona que llegaba a ese lugar sabía que tenía tres alternativas, seguir de largo, doblar a la izquierda o a la derecha; pero cualquier decisión que tomara debía ser hecha con mucha responsabilidad, porque no tendría una segunda posibilidad de elección.
Y si finalmente la vida le daba otra oportunidad habría perdido un valioso tiempo equivocándose en la primera decisión que tomó.
Lo mismo sucede con nuestra vida, siempre cuando tenemos que tomar una decisión ante un problema o circunstancia que obstaculiza nuestro progreso nos encontraremos con más de un camino por tomar.
Una persona prudente y sabía se detendría ante el cruce de caminos y observaría las alternativas detalladamente, haría cálculos, se informaría con los caminantes que pasan, y finalmente con todas esas herramientas tomaría esa decisión, porque sabe muy bien que la vida es un continuo camino de aprendizaje y las personas que realmente alcanzan sus metas son aquellas que no dejaron nada librado al azar.
Escritor y periodista
Néstor Salgado
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